“Ni una cosa, ni la otra” es ser tibio
Te escribo desde el suelo de la Terminal 1 de Barajas
¿Todo para decirte que estoy por subirme a un avión de nuevo? Claro que…. NO.
Estoy sentada en el piso al lado del único enchufe que funciona en toda la zona B. No es que haga frío pero sabemos que ya no tengo 20 años. De hecho, hace menos de 1 semana cumplí mis jóvenes 38. Sí, son jóvenes porque veo, y ya te estoy contando en estos mails, la vida super activa de personas que la siguen rockeando con muchos años más.
Soy consciente de eso y también de que cuantos más cumplo, más cumplo con lo que quiero decir.
Sí.
Cuantos más años cumplo, más cumplo conmigo misma, con lo que de verdad pienso.
¿No te pasa?
La cosa es que, estoy sentada en el suelo y pienso “Qué genialidad todo lo que logré en estos años, todos los lugares que pude visitar. Aunque cuanto trabajo y llanto dejé en el camino también. Es ambas cosas. No es: ni una cosa, ni la otra. Es ambas. Todo tiene algo que es una genialidad y algo que es un pesar que se va turnando.
Trabajar en la cerveza es hermoso y también es muy sufrido. Y no, no me refiero a que es difícil el negocio (aunque también) sino a que es muy incomprendido.
A veces en los festivales rodeados de gente que te pueden decir cuál es la mejor eisbock que probaron en su vida nos olvidamos de que somos 100 nerds y listo. Nos olvidamos que salimos un metro por fuera de nuestro círculo. Ni 2, ni 3: solo 1 metro y ya hay alguien que te dice que no le gusta la cerveza.
A veces nos olvidamos que el apasionado del vino puede tener alguna variedad preferida pero defiende con dientes y uñas todas las categorías. Todo el vino.
¿Y vos? ¿Qué haces?
¿Tratas de convencer que 1 solo estilo dentro del mundo de la cerveza es el mejor para que carajo nos sirve?.
Ni una ni la otra. Es una idiotez. A veces estamos acá y a veces allá. Ni solo una ni sólo la otra. Hay momentos para todo.
Justo el fin de semana en el festival Milanito una cervecera y amiga me dice: “bueno, todo el mundo se queja así que debería quejarme pero la verdad es que estamos bien”. La entendí perfectamente.
Sí, se puede estar en un mal momento (ejemplo: me cagó un proveedor) y en otro momento bien (ejemplo: logre evitar el DMS en mi lager). En un momento buscando curro y al otro trabajando.
¿A dónde voy?
Salgamos a hablar de la cerveza por fuera de nuestro círculo. Eso es lo que podemos hacer para que crezca la comunidad. No pelearnos entre los que estamos dentro de la zona sino abrir la zona. Y abrir la zona no es REPETIR EL DISCURSO QUE LA GENTE YA SABE. Abrir la zona tampoco es escupirnos entre los 100 que estamos dentro. Abrir la zona es decirle al que está afuera: “hay algo más que las 3 variedades de international pale lager que vende mi marca”.
Si tenés un megáfono (como lo es poder pararte enfrente de gente que realmente lo que quiere es beber cerveza), no repitas lo mismo mil veces. Hablar de una cerveza distinta a la tuya no te quita el público: lo fortalece. Conocer tu producto y saber describirlo perfectamente te permite mencionar las fortalezas del otro sin perder tu identidad.
Sabemos que las ventanas más grandes, las vidrieras las tienen las más grandes marcas (ya sean industriales o grandes artesanas). Entonces trabajemos juntos para abrir nuevas ventanas y además intentemos que nos dejen colar algo las otras. Si sos grande, danos un espacio. No te va hacer daño y al final, le estás dando más variedad a tu público.
Pero realmente tener esta flexibilidad, esta empatia con nuestra propia comunidad de la cerveza es conocer más sobre ella. Y para conocer más hay 2 fuentes que se necesitan mutuamente: la teoría y la experiencia.
Ni una, ni la otra sirven solas. Tampoco sirve solo probar las 3 grandes industriales y leer mucho. Tampoco sirve beber mucho sin actualizar tu teoría. Tampoco sirve solo la teoría. Tampoco te hace sommelier beber mucho. Ni una ni la otra.
A veces una y a veces la otra. Al final es la única forma de ser fiel a la verdadera pasión de la cerveza. Se comenzó a elaborar y la tecnología y los avances tecnológicos la fueron evolucionando. ¿O será que gracias a la necesidad de evolucionar en sabores hubo avances tecnológicos?
Ni una ni la otra. Ambas en su momento. Sin tibiezas. A todo estudio y a todo entrenamiento sensorial y cata.
Eso es la cerveza. Gracias cerveza.