Tomar birra en grupo lo hace cualquiera.
Ahora, catar en grupo… eso ya es otro plan.
Y uno que puede cambiarte la forma en la que ves —y olés— la cerveza.
Porque no es lo mismo decir “esta está rica”
que decir “hay un amargor herbal al final que me recuerda a piel de pomelo rosado seca”.
Y para poder decir eso… primero hay que escuchar, pensar y hablar.
Catar en grupo te obliga a hacer algo muy incómodo: poner en palabras lo que sentís.
Y ahí aparece la magia. O el vacío.
Porque en tu cabeza pensabas que tenías vocabulario sensorial…
pero cuando te escuchás decir “esto huele a como… a lo que tienen las cosas cuando están... como tostadas… eh… eso, ya sabés…”,
entendés por qué todavía no estás donde querés estar.
Y eso no está mal.
Eso es entrenar.

Podés entrenar sola. Claro que sí. Pero mi experiencia me enseñó que la verdadera evolución sensorial pasa cuando dejás de entrenar en soledad y te animás al grupo.
Cuando escuchás a alguien decir “caramelo cocido” o “laurel fresco”,
tu nariz se activa y tu mente toma nota.
De repente, lo que sentías pero no sabías cómo decir… se vuelve claro.
Y ojo: después se puede beber, claro que sí.
Pero primero, caten. Hablen. Equivóquense.
Porque catar no es tomar con más concentración.
Es pensar, comparar, nombrar, dudar, afinar.
Catar en grupo no es solo divertido (aunque lo es): Es desafiante. Te obliga a afinar, a escuchar, a poner en palabras lo que sentís.
Y a veces a tragarte el ego cuando alguien identifica antes que vos eso que llevás 5 minutos intentando explicar.
Y sí: a veces uno tira fruta. Y a veces esa fruta tenía razón.
Eso también es entrenar.
Y hacerlo en grupo acelera el proceso.
Y hacerlo seguido te lleva al siguiente nivel.
La educación cervecera no empieza en soledad.
Empieza con indignarse en grupo.
Y después se brinda.
Hola, soy Agus Blanco – Educadora Cervecera & Entrenadora Sensorial
Creo que el buen beber empieza con el conocimiento.
Y después de muchos años entrenando paladares y enseñando sobre cerveza y destilados, puedo decir que entender lo que tomás cambia todo.
Antes de dedicarme de lleno a la cerveza, estudié destilados (con especial foco en whisky) y trabajando detrás de la barra, sirviendo cocktails y birra. Esa experiencia me dio una mirada integral sobre las bebidas…
Soy Certified Cicerone® y jueza BJCP, y he sido parte de paneles en EE.UU., Sudáfrica, Alemania, Bélgica, Brasil, Polonia, Italia, Argentina, México y otros países.
En mi Gym de Cata entreno a cerveceros, jueces y personas curiosas que quieren mejorar su sensibilidad sensorial (y divertirse en el camino).
También escribo sobre cerveza para medios internacionales y colaboro con marcas globales haciendo análisis sensorial.
Mi estilo es claro, sin vueltas y con ejemplos reales.
Si querés beber mejor y entrenar tu paladar como un pro, estás en el lugar correcto.
Si querés conocer más sobre el Gym de Cata® te dejo la info acá.